Por: Iskra de la Cruz
Hernández - FLACSO Argentina
Ana López
Molina - EducaGuatemala
Presentación
México tiene aproximadamente 112,336,538 habitantes, políticamente está
organizado como una República representativa, democrática y federal regida por
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Está formada por un
Distrito Federal con un Jefe de Gobierno y delegados, y 31 estados soberanos,
cada uno conformado por municipios, y dirigidos por un gobernador. El 10% de su
población es indígena y el 33% lo representa los jóvenes (INEGI, 2010). El 95%
de la población total es católica. El 74% de la población escolar se ubica en
la educación básica, que comprende preescolar, primaria y secundaria. El gasto
total de fuentes públicas y privadas para instituciones educativas es del 7.3%
del PIB, el 3.1% se destina a educación primaria y secundaria y el 0.6% a
educación preescolar (SEP, 2014).
La República de
Guatemala con alrededor de 15 millones de habitantes, está regida por una Constitución y gobernada por un gobierno central.
Está dividida en 22 departamentos que tienen un gobernador nombrado por el
presidente. Cada uno, a su vez, se divide en municipios cuyo gobierno local
está dirigido por alcaldes electos. A diferencia de otros países
centroamericanos, la población rural sigue teniendo un mayor peso demográfico
(72% vive en zonas rurales) y 75.5% es indígena (PNUD, 2009), perteneciente a
uno de los 22 grupos étnicos que conforman la diversidad cultural del país. La
población cristiana alcanza el 87% del total (39% evangélicos y 48% católicos)
(Prodatos, 2011). En educación, la cobertura de primaria alcanza el 89% de los
y las niños entre 7 y 12 años de edad. De quienes ingresan a primaria, la mitad
llega hasta 3er. grado y de estos, el 65% la completa. El Estado invierte 3%
del PIB en educación, 75% en primaria (MINEDUC, 2013).
La Educación
Sexual Integral (ESI), ha entrado en las agendas nacionales en distintos momentos en estos
países. Sin embargo, vemos que por ESI se está comprendiendo la transmisión de
conocimientos relativos al funcionamiento y salud de los órganos sexuales, la
información necesaria para prevenir el contagio de enfermedades de transmisión
sexual (ETS) y evitar o conseguir embarazos, así como la prevención y
erradicación del acoso y la violencia sexual. A la vez, estos saberes se
enmarcan en un discurso de derechos, a saber, el derecho al placer, el derecho
a una vida sin violencia, el derecho a decidir cuándo y cuántos hijos tener, y
el derecho a decidir si y cuándo contraer matrimonio. La forma en que estos
conocimientos y estos derechos se traducen en contenidos en el currículum de
educación primaria pasa por los sujetos de la determinación curricular.
Los actores que
más han influido en la construcción de la verdad sobre el sexo son el Estado y
la Iglesia Católica. El Estado ha buscado delimitar su papel en la construcción
de la educación sexual y ejercer el control sobre sus acciones, mientras la
Iglesia ha buscado imponer los principios que guían la acción del Estado y
sacralizan la sexualidad y la reproducción, poniendo los valores cristianos
como marco de referencia legítimo para definir el conocimiento y los valores
que deben ser enseñados en las escuelas.
Estudiar a los
actores y los discursos que están inmersos en la contienda por la educación
sexual en México y Guatemala, significa entender la constitución de la laicidad
y la reconfiguración de los dispositivos institucionales del Estado moderno,
que no han dejado de ser permeados por valores y creencias religiosas. Como
parte de los procesos de la modernidad, la sexualidad se ha configurado desde
las disputas y las luchas históricas entre actores que se movilizan para
mantener los controles o por conquistar libertades sobre el cuerpo, la
conciencia, los vínculos, las prácticas, los contenidos y la enseñanza. Es en
este sentido que se hace el análisis. Significa que en el presente artículo
haremos referencia a quienes, en una exigencia democratizadora, aparecen
teniendo una participación en la negociación de la transmisión escolar de los
saberes en cuestión.
1.
Enfoques, posicionamiento y directrices de los organismos
internacionales alrededor de la Educación Sexual Integral
Desde el nivel
macro, existe una comunidad de Estados que ha firmado acuerdos internacionales
en los que asumen la responsabilidad de garantizar y proteger los derechos humanos;
estos documentos implican modificaciones en políticas y leyes nacionales,
posiblemente un empuje hacia la laicidad, y algunas veces medidas de vigilancia
para el cumplimiento de acuerdos. Guatemala y México forman parte de esta
comunidad de Estados.
Desde 1994 las Naciones Unidas reemplazó el enfoque en cuestiones demográficas por
una perspectiva basada en los derechos reproductivos como parte de los derechos
humanos. Se incorpora el enfoque de género, para que mujeres y varones puedan
disfrutar a plenitud su salud y derechos sexuales y reproductivos, incluyendo
aspectos emocionales, psicológicos y afectivos, es decir, el placer también
como derecho[2].Vale mencionar las recomendaciones que sobre el tema hiciera la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), proponiendo acceso universal a la salud sexual y reproductiva
incluyendo la prevención de la transmisión del VIH, acceso a la Educación
Sexual Integral para niños, niñas y adolescentes, así como la promoción de la
equidad de género y eliminación de todo tipo de violencia contra las mujeres.
Derivado de este programa, en 2005 la Secretaría de Educación Pública de México
dio a conocer un Programa de Educación en Derechos Humanos. Para el caso
guatemalteco se implementó el programa en 2008 luego de la firma de cartas de
compromiso entre Ministerios de Salud y Educación de la región Centroamérica y
el Caribe.
La Organización
Mundial de la Salud asumió la salud sexual como una de sus preocupaciones a
partir de la década de 1970. Desde entonces, ha estado presente el abordaje de
la sexualidad relacionada con los derechos, tanto a la información como al
placer. La salud sexual no se reduce a la ausencia de disfunción o enfermedad,
sino que se amplía a la expresión libre y responsable de las capacidades
sexuales en el marco del bienestar físico, psicológico y socio-cultural. Las
ETS, incluyendo el VIH/SIDA, los embarazos no deseados y la violencia sexual se
entienden como producto de la falta de información y de la irresponsabilidad en
la práctica sexual. Para que la salud sexual se logre y se mantenga los
derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y
cumplidos.
2.
Enfoques, posicionamientos y sugerencias de actores nacionales
gubernamentales y no gubernamentales alrededor de la ESI
Los actores
gubernamentales encargados de implementar la política de Educación Sexual
Integral con enfoque de derechos humanos y de género en las diferentes
instituciones escolares de educación primaria, son, para el caso guatemalteco,
el Ministerio de Educación (MINEDUC) y para el caso mexicano, la Secretaría de
Educación Pública (SEP). En ambos países la contienda entre la Iglesia y el
Estado ha derivado en pugnas, luchas y enfrentamientos por instituir un
currículum laico.
En Guatemala se
habla de educación sexual desde 1979, pero hasta 1992 se incluyen contenidos en
el currículum de educación nacional,
siendo hasta 2005 que se promulga la Ley de Educación Integral en Sexualidad.
En México, se hablaba de educación sexual integral desde 1933, sin llegar a
concretar una política pública debido al peso político y cultural, siendo hasta
el 2008 que se promulga la Ley. La aplicación de los programas educativos en
educación sexual integral ocurre hasta el 2010 en México, mientras la reforma
curricular en Guatemala se lleva a cabo en el 2008. De una educación sexual
biologicista, se tuvo que incluir un enfoque de género que se reduce a
prevención de violencia, y uno de diversidad cultural que no se hace evidente.
Al final principalmente se enfoca en la prevención de VIH/SIDA.
En México del
2006 al 2012 se instaura un gobierno conservador y se desata una contienda por
la educación sexual entre aprobar los contenidos conservadores o aprobar
contenidos controversiales (aborto, anticonceptivo de emergencia, masturbación,
homosexualidad y anticoncepción). Las organizaciones con perspectiva católica,
algunos funcionarios y varias organizaciones de derechos sexuales se
involucraron en una disputa y desarrollaron estrategias para incidir en la SEP,
modificando textos. Mientras en Guatemala en 2012 con el cambio de gobierno,
más conservador, con una nueva ministra, se abandonó e ignoró el programa, los
avances, y los compromisos adquiridos a nivel nacional e internacional.
La SEP y el
MINEDUC, trabajan en conjunto con organismos gubernamentales del área de salud.
En Guatemala el Ministerio también debe coordinar esfuerzos con la Secretaría
Presidencial de la Mujer (SEPREM), la Defensoría de la Mujer Indígena (DEMI) y
el Consejo Nacional de la Juventud (CONJUVE). En México, se trabaja con la
Secretaría de Salud Pública (SSP), El Centro Nacional para la Prevención y
Control del VIH/Sida (CENSIDA) y El Consejo Nacional para la Prevención del
SIDA (CONASIDA). En ambos países esta coordinación se da través de proyectos en
pos de la equidad y en Guatemala, además, con énfasis en la atención de la
diversidad sociocultural del país. Tanto en México como en Guatemala se han implementado
y desarrollado políticas públicas de promoción y desarrollo de las mujeres, así
como de la promoción de iniciativas orientadas al fortalecimiento de la
educación de la sexualidad en el marco de los acuerdos de la Declaración
Ministerial "Prevenir con Educación" (promovido por El Observatorio
de Salud Sexual y Reproductiva, UNFPA).
Para el caso
guatemalteco, ha habido una presencia importante de los docentes, por ejemplo,
cuando se reportaron los primeros casos de SIDA en el país en los ochenta, un
grupo de voluntarios se formaron con médicos israelíes sobre el tema VIH/SIDA.
Reprodujeron estos conocimientos con otros docentes, formando el Comité de
Educadores contra el SIDA. Las primeras acciones, con apoyo de la Organización
Panamericana de la Salud, fueron con alumnos y docentes de las Escuelas
Normales. Se institucionalizó en 1995. Su enfoque es también preventivo.
En ambos países
la sociedad civil juega un papel importante, y, también, confrontador. Las
organizaciones con inclinación católica están presentes en ambos países, la
postura de la jerarquía de la Iglesia conservadora ha sido que la educación
sexual es responsabilidad de los padres y por lo tanto la escuela pública no
puede proveer esta educación porque no puede haber educación sexual sin moral y
ética, lo que significa valores, que deben ser cristianos, de acuerdo a su discurso,
pues la mayoría de la población lo es. Están convencidos de que la educación
sexual lleva al libertinaje y la promiscuidad. En Guatemala, a partir de la
promulgación de la Ley ESI y la ley de Acceso universal y equitativo a
planificación familiar, el Arzobispado promulgó la carta “Dignidad en la vida
humana” en 2005 y en 2009, el “Manual de educación para el amor”, como reacción
a que se incluye el placer como derecho y propone una educación sin prejuicios
morales ni juicios de valor desde un enfoque científico.
En México la
Iglesia Católica se apoya con las organizaciones Unión Nacional de Padres de
Familia (UNPF) y la Asociación Nacional Pro-Libertad de Enseñanza, que es la
principal organización que hace negociaciones con funcionarios públicos interesados
en apoyarlos desde el Congreso mexicano. Por ejemplo del 2006 al 2008, se llevó
a cabo una pugna entre la Iglesia y la SEP en torno a los contenidos de los
libros de ciencias, el debate detonó porque los textos contenían información
controversial, resultando en modificaciones a los libros de texto.
Por otra parte,
organizaciones de la sociedad civil han diseñado estrategias para propiciar una
educación integral en la que se incluyen temas de sexualidad humana, equidad de
género, para el caso guatemalteco el tema de etnia y pueblos indígenas,
fundamentados en los derechos humanos y ciudadanos, en los que se enmarcan los
derechos de las mujeres, niños, niñas y adolescentes.
En ambos países
hay organizaciones que juegan un papel evaluador, en Guatemala la Asociación
Pro Bienestar de la Familia (APROFAM), inicia en 1979 el trabajo de educación y
prevención con jóvenes y tiene un Departamento de Educación que se especializa
en el diseño, implementación, seguimiento y evaluación de estrategias de información,
orientación y capacitación en temas de educación en sexualidad, salud sexual y
reproductiva, y educación para la vida. La organización Incide Joven, desde los
derechos sexuales y reproductivos y con atención a la diversidad cultural
participó en la elaboración de la carta de entendimiento biministerial
“Prevenir con educación”, ya que están convencidos de que al ampliar la
cobertura educativa la juventud guatemalteca tiene la oportunidad de ejercer
responsable, libre y sanamente su sexualidad. En México desde 1972 La
Asociación Mexicana de Educación Sexual (AMES), El Instituto Mexicano de
Sexología, La Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (DDESER),
la Red Democracia y sexualidad (DEMYSEX), La Federación Mexicana de Educación
sexual y Sexología (FEMESS)y la Asociación de Padres de familia (representantes
de padres de familia de las escuelas públicas del país) defienden los derechos
sexuales, forman parte del proceso de resistencia y se movilizan por situar la
educación sexual como un asunto de libertad de conciencia, la garantía de la
libre expresión de la sexualidad, la protección de la salud, la no
discriminación, el respeto a la vida privada y la equidad de género, basando su
lucha en un enfoque de derechos humanos y la reivindicación de la justicia, el
respeto, la igualdad y la libertad de conciencia.
Otras
organizaciones de la sociedad civil son un referente importante para no
permitir el retroceso de laicidad y negocian también con funcionarios e
instituciones que apoyan “la agenda de derechos humanos”, como los grupos LGTBI
en ambos países, así como organizaciones de mujeres. Para el caso mexicano: La
red Milenio Feminista, El Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE),
el Consorcio por el Diálogo Parlamentario y la Equidad, la Letra “S”, el grupo
de Salud Integral para la mujer (SIPAM), y la Asociación Mexicana contra la
Violencia hacia las Mujeres. El trabajo conjunto de entidades académicas, de
educación y de salud, ha sido importante para las organizaciones de derechos
sexuales.
3.
El lugar, peso y enfoque de la ESI en el currículum Nacional Base
En México y
Guatemala la educación primaria es obligatoria. Sus objetivos, sin embargo,
difieren, pues en el primer país sienta las bases para continuar en secundaria,
mientras que en Guatemala la secundaria todavía tiene poca cobertura. La
Constitución mexicana indica que la educación debe ser pública, laica y
gratuita (artículo 3°). La guatemalteca caracteriza la educación pública como
gratuita, científica y humanística (artículo 74).
En México, el
Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 (PND) hace suya la prioridad de la
educación de calidad al incluirla como una de sus cinco metas nacionales. Como
parte del Plan, se realiza el Programa Sectorial de Educación 2013-2018 (PSE)
cuyo cumplimiento en el sistema educativo se traduce en disposiciones y
recursos de orden federal y en el ámbito local recurre a la inventiva y
creatividad de sus cuerpos técnicos y maestros.
Guatemala aún
no logra consensuar un Plan de Desarrollo, aunque la Secretaría de
Planificación reúne los esfuerzos en lo que se denomina Plan Nacional de
Desarrollo K’atun: nuestra Guatemala 2032, que se elabora en el marco del
Sistema de Consejos de Desarrollo (SISCODE) y que pretende coordinar esfuerzos
y proyectos institucionales públicos y privados. Por otro lado, existe el Plan
de Implementación Estratégica de Educación (2012-2016) que se enfoca más en la
lectoescritura.
México también
atiende el acoso sexual en la escuela y la prevención de conductas de riesgo
(violencia, adicciones, salud sexual y reproductiva) que suelen truncar la
trayectoria educativa. Guatemala tiene un instrumento específico para el
tratamiento de estos problemas, la Ley de Protección Integral de la Niñez y la
Adolescencia (P.I.N.A.) de 2003. Se busca, con este marco legal, promover
ambientes escolares libres de violencia, acoso y abuso sexual y favorecer una
educación integral de los jóvenes, a la vez que se fortalece la educación
sexual con enfoque de derechos humanos, perspectiva de género y competencias
para la vida en todos los niveles y modalidades educativas.
Los objetivos,
líneas transversales y estrategias respecto a la ESI se reflejan en los
programas de estudio y materiales de primero a sexto año de Educación Primaria.
Es a partir del tercer año que se comienza a hablar de educación sexual. En
México se incorpora en las materias de Formación Cívica y Ética y de Ciencias
Naturales. En Guatemala, en las áreas curriculares de Ciencias Sociales,
Ciencias Naturales y Formación Ciudadana.
El CNB
guatemalteco, organizado en dos ciclos de tres años cada uno y por
competencias, incluye la ESI como eje transversal. En 3er. grado se incluyen en
el área de Medio Natural y Social, proponiendo identificación de los órganos y
las células sexuales, reflexión sobre ETS, VIH/SIDA y participación en campañas
de prevención de estas enfermedades. En el Segundo Ciclo, en esta misma área,
la competencia No. 3 es progresiva. Así, para 4° grado se propone “Identifica
su sexualidad y las manifestaciones físicas y sociales de su desarrollo”; para
5° grado: “Identifica la función sexual humana y su impacto en las relaciones
sociales y afectivas”; y para 6° grado: “Describe la reproducción y el
comportamiento ético con relación a la sexualidad como forma de conservar la
salud y proteger la vida.”
En el área de
Ciencias Sociales se encuentran actividades para reflexionar sobre la
reproducción y la sexualidad y las implicaciones de las enfermedades incluyendo
ETS. También para comprender el enriquecimiento e intercambio cultural
alrededor de varios aspectos, incluyendo la sexualidad. Otra propuesta es
establecer relaciones entre sexualidad y desarrollo psíquico, físico y
afectivo, así como tomar en cuenta las diferencias de género analizando las
manifestaciones sociales y emocionales del crecimiento físico de la mujer y del
hombre. En el área de Formación ciudadana, que nada más ocupa una hora semanal
en el Primer Ciclo y dos en el Segundo, se persigue que los chicos comprendan
la importancia de la equidad y del respeto hacia las diferencias étnicas,
culturales, edad, discapacidad y orientación sexual.
En México, las
temáticas que se abordan en tercer y cuarto año son perspectiva de género,
educación para la salud, educación sexual, sexualidad responsable y protegida.
Para quinto año: funcionamiento integral del cuerpo humano y la sexualidad
enmarcados por la cultura de la prevención, la importancia de la higiene de los
órganos sexuales externos de mujeres y hombres debido a su relación y cercanía
con el sistema excretor; así como la comunicación ante situaciones de riesgo
para advertir, evaluar y evitar algún tipo de violencia, ya sea abuso físico
–golpes, rasguños, empujones, mordidas–, emocional –gritos, amenazas u ofensas–
y sexual.
En sexto año se
suma la prevención de enfermedades, accidentes, adicciones y conductas
violentas para la creación de entornos seguros y saludables, el funcionamiento
integral del cuerpo, y la prevención de riesgos en la adolescencia, como parte
de la promoción de la salud y la educación sexual, la promoción de la
autoexploración y de conductas sexuales responsables; por ejemplo, la
abstinencia, evitar el inicio de la actividad sexual a edad temprana, el uso
del condón y la reducción del número de parejas sexuales, así como la toma de
decisiones informadas, basadas en evidencia científica, para prevenir embarazos
e infecciones de transmisión sexual a esta edad. Se analizan las implicaciones
personales y sociales de los embarazos en la adolescencia, desde las
perspectivas biológica, ético-moral, afectiva, económica y social, y de las
ETS, en particular del virus del papiloma humano (VPH), y el VIH, con el fin de
fortalecer una educación sexual integral que se complementa con diversos
contenidos de Formación Cívica y Ética.
4.
Tensiones entre enfoques y posicionamientos de los actores: a modo de
conclusión
La temática de
educación sexual también involucra los propósitos de los programas y a las
autoridades que los definen y ejercen su gobierno, entendiendo que “las
instituciones educativas son agentes poderosos para la formación y el
desarrollo futuro de las nuevas generaciones” (Wainerman, Di Virgilio, Chami,
2008). La implementación de la Educación Sexual Integral en Guatemala y México
es parte de las grandes narrativas que hicieron a la modernidad (Lyotard,
1991), donde se abordan los temas de etnias, género y derechos humanos desde
una postura re-centrada, o sea, de futuro y prospectiva.
Popkewitz
(2000) en su libro sobre la sociología política de las reformas educativas, nos
invita a preguntarnos ¿Cuáles son los diversos significados que adoptan las
reformas con el paso del tiempo? y ¿de qué manera se elaboran esos significados
como elementos de relaciones de poder?, dos cuestiones importantes para
entender los casos mexicano y guatemalteco en los procesos de reforma al
currículum en el marco de la promulgación e implementación de la ESI en 2008 y
2005 respectivamente. Primero tendríamos que analizar hasta qué punto las
reformas funcionaron y funcionan como un recurso de regulación y organización
social, así como relacionar esto con el vínculo entre el conocimiento, los
intelectuales y los movimientos sociales.
Hay diferencias
significativas entre los contextos donde se crean las normas y los contextos
donde deben aplicarse. Es decir, las directrices internacionales se crean en
países del “primer mundo” y deben aplicarse en contextos donde el debate sobre
la diversidad sexual apenas empieza, la cultura es conservadora, el sexo es
tabú, los valores cristianos rigen la vida cotidiana. A nivel local, las
decisiones se toman de forma centralizada, en las ciudades, por autoridades,
técnicos y expertos, mientras que los docentes participan poco o nada y las
diferencias culturales propias de países diversos como México y Guatemala no se
toman en cuenta.
La ESI,
entonces, aparece en los planes educativos de México y Guatemala como gran
marco de la política educativa, primeramente en términos de equidad de acceso y
principio de no discriminación. En segunda instancia, se encuentra la prevención
de embarazos en la adolescencia y enfermedades de transmisión sexual. Como
tercer elemento, lo relacionado a la prevención y erradicación de la violencia
sexual y de género. En ambos países, desde la normativa se contempla el enfoque
de género y derechos humanos, en Guatemala se pone atención a la diversidad
cultural, y en México, a la diversidad sexual.
La
participación de la sociedad civil en las reformas educativas toma auge en la
década de 1990, complementando o haciendo contrapeso a las propuestas estatales
(Dussel, 2005). En el caso de las ESI asumen un papel protagónico los expertos
internacionales, con un lugar prominente en la producción de discursos
pedagógicos (Bernstein, 1988), es decir los modos de administrar y regular el
cambio social al respecto. Los países analizados participan de las nuevas
tendencias de transformación del currículum y de las reformas educativas
homogéneas y centralizadas en marcos orientativos (Stenhouse, 1984). El PND y
PSE mexicanos contemplan que “la tarea educativa es responsabilidad de
autoridades, maestros, alumnos, padres de familia y de la sociedad en su
conjunto”, y consideran fundamental las consultas al magisterio, a los padres
de familia y a la sociedad para elaborar ambos documentos. Dentro del MINEDUC
existen órganos de consulta que integran a docentes guatemaltecos agremiados,
en el entendido de que la comunidad educativa debe tomar las decisiones. Por su
lado, tanto en México como en Guatemala los actores gremiales han delegado en
el Estado toda la responsabilidad por las decisiones en políticas educativas.
Pero la negociación para ambos casos estudiados, al parecer, ocurre fuera de
estos espacios cuando entran en juego actores no gubernamentales y que no son
propiamente parte de la comunidad educativa, como la Iglesia o las ONG.
En concreto, la
falta de acuerdo entre la jerarquía de la Iglesia católica con una pretensión
de que la educación sexual sea del dominio exclusivo del hogar y que en la
escuela en todo caso deben regir los fundamentos cristianos; y sectores afines
a la educación laica, así como entidades dedicadas a la prevención de ETS y
embarazos en adolescentes, llevó a los Estados a tomar decisiones que parecen
unilaterales. Los procesos democratizadores en ambos países han sido “funcionales”
(Elías, 1994), la principal razón es que genera equilibrios entre los grupos en
pugna. Sin embargo, este equilibrio se ve afectado por la posición de los
grupos, permeada por el grado de control y los procesos de negociación, a lo
que se suma la posición que ocupa el Estado y el gobierno, ya que incluso en lo
educativo, los intereses, valores y prácticas de los actores interactúan en
escenarios marcados por las tendencias globales y locales.
De esta manera,
se hacen evidentes las pugnas por el uso de recursos simbólicos y políticos
entre grupos estratégicos. Aunque el discurso de la educación sexual se ha
fundamentado cada vez más en el conocimiento científico, y que la ONU y OMS la
conciben y promueven con más amplitud, en ambos países aún puede observarse una
tendencia hacia un enfoque biologicista y de prevención, enmarcado en las
ciencias naturales. Las organizaciones luchan por un discurso más allá de lo
biologicista, los más conservadores con un discurso axiológico y moral, y los
ministerios con trabas presupuestarias y políticas, así como discontinuidad en
la forma de aplicación de la política. Ambos países han atravesado por cambios
de gobierno en el período 2008-2014, es decir, un cambio en los planes de
educación. En Guatemala, se abandona la ESI; en México, cambia el enfoque y el
discurso. La diferencia en el ámbito de lo político es que en México el
posicionamiento ideológico de quienes la hacen es evidente, la influencia de
los grupos católicos está presente en la toma de decisiones desde la ideología
de los partidos que representan la ultraderecha. Mientras en Guatemala no hay
distinción en cuanto a la inclinación de gente de izquierda y derecha.
La
incorporación o modificación de la ESI en la escuela, supuso la participación
de nuevos actores educativos y sociales, aunque no siempre esta participación
fue con ese carácter de sujetos de la determinación curricular (De Alba,
1991:85). Es el caso de los docentes, que no aparecen en el recuento de cómo se
definieron los contenidos que finalmente llegaron al currículum. En otras
palabras, la incorporación de la ESI en el currículum de primaria obedece a
lineamientos internacionales más que a la experiencia de los docentes dentro
del aula. La negociación y articulación de los saberes que cada sujeto
considera pertinente respecto a la ESI, decantó en marcos curriculares comunes
con contenidos mínimos obligatorios y objetivos fundamentales de enseñanza,
siguiendo la tendencia en la región de organizar los conocimientos por áreas
(Dussel, 2005). Y reafirmando que lo político del currículum designa una
compleja configuración de diferentes manifestaciones de poder según una lógica
de antagonismo o cooperación entre voluntades colectivas.
Para alcanzar
el pleno desarrollo de los individuos, se debe intervenir conscientemente y
generar equilibrios entre los actores que inciden en la formación del
currículum, puesto que todas las relaciones humanas están atravesadas por el
poder (Palamidessi, 2014). La escuela, lugar privilegiado para observar la
materialización de la ESI, se convierte en un espacio de la sociedad donde se
visibilizan las relaciones de poder, las desigualdades, las pugnas, las
negociaciones. Siguiendo el argumento, Durkheim (1982) menciona que la
educación cumple una función eminentemente política, por lo tanto decidir el
currículum y la verdad sobre la sexualidad es una meta política y la lucha por
mantener este control implica una lucha en el campo político. En principio, los
Estados buscan movilizar actores que apoyan y legitiman la incorporación de los
contenidos de la ESI, sobre todo los que generan controversia como la
diversidad sexual y el enfoque de género. Los consensos no son sólo sobre los
contenidos sino sobre la forma de proceder para incorporar los cambios
(formación docente, dosificación de contenidos, elaboración de materiales o
manuales).
La conclusión
después de realizar la revisión de cada programa de Educación Primaria, es que
hay una discrepancia entre los lineamientos y marcos institucionales y la
puesta en práctica dentro del aula a través del currículum. La enseñanza de la Educación
Sexual en la primaria presenta incongruencias y desarticulaciones derivando en
un escenario fragmentado entre lo que pretende la Ley de Educación Sexual
Integral y su efectiva puesta en práctica, aplicada en cada establecimiento
educativo y por cada docente. Si bien en el PND y el PSD, para el caso de
México, y los lineamientos de SEPREM, DEMI y la carta de entendimiento
MSPAS-MINEDUC, para Guatemala, introducen una perspectiva integral de la
educación sexual, a través de la articulación de las dimensiones biológica,
afectiva, psicológica, social y ética con una perspectiva de derechos humanos
con la intención de formar íntegramente personas, posicionando a la escuela
como formadora de valores y conductas, el análisis minucioso de los programas
de educación primaria arroja información importante que refleja una enseñanza
de la educación sexual sólo preventiva, bajo el enfoque biologicista y con
apenas intentos de introducir el enfoque de derechos humanos. No llegan a tocar
el tema de sexualidad desde una perspectiva de género y de diversidad sexual.
En ambos países, la presencia de los grupos católicos tiene incidencia en la
toma de decisiones, la caracterización de los aprendizajes escolares y las
reformas en el marco de la aplicación de la ESI.
De manera
análoga a la formulación de políticas educativas en México y Guatemala, fuentes
externas, proponen ideas y se vuelven vehículos de contenido y funciones, al
mismo tiempo los sistemas nacionales son refractarios de los movimientos
sociales mundiales y de la memoria social. ¿Cómo incluir y dar forma a las
diferentes dinámicas que adopta el currículum en educación sexual integral en
la tensión entre el campo educativo, el Estado y la sociedad para lograr las
intenciones político-pedagógicas en la vida de las instituciones educativas?
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